En Rusia! c:

-...Ok...

Comenzé a hacer lo que se me ocurría, después de todo tampoco esperaba impresionarla demasiado. Con tantos artistas en su país, fuera como fuera, lo mío terminaría siendo una alpargata.

-Muy bien...

Le entregué el dibujito que hice en el folleto.

-¡Ah! Gracias ~

Fingí sorpresa. Era bastante feo, pero lo tomé con gratitud. El señor calvo que vivía en la casa de Antonio-san, Picasso creo que se llamaba, también pintaba muy mal, pero era un genio. Puede que con esto ocurra lo mismo.

Luego lo subastaré a ver si tengo razón.

Sonreí de lado y le devolví el bolígrafo. Miré a mi alrededor, ya habíamos rerorrido toda esa galería

-¿Y ahora dónde?

Metí las manos en mis bolsillos.

Pensé por un momento y vi un reloj gigantesco que había en la pared.

-Es hora de merendar...¿vamos a un café o algo?

Guardé el folleto en el bolsillo.

Con la palabra "merendar" me entró hambre, creo que las palabras involuctradas con comer estan directamente conectadas con mi estómago.

-¡Muy bien!- Dije bastante fuerte

Fuimos hasta la salida y contemplé la gran calle que había enfrente.

-Bien, hay muchos comercios de comida, pero con este frío probablemente querrás algo caliente.

Dicho eso pensé en una tienda de helados que había por ahí, increíblemente aún no ha entrado en bancarrota.

-Chocolate caliente, sopa, tostadas...¿qué quieres?

Pensé un momento.

-...Chocolate...Caliente...- Me imaginé una taza mounstruosamente grande y la boca se me hizo agua. Hacía tiempo desde la última vez que lo había tomado.

Vi la expresión de su cara y me alarmé. No suelo tratar mucho con la gente, por lo que no sabía si tenía mucha hambre o le estaba dando un ataque de epilepsia.

-¿Alfred?

Le pokeé en la nariz.

Abrí los ojos más de lo normal al notar que me pokeaba la nariz.

-¿Eh? ¿Pasa algo?- Sonreí, eso había sido bastante dulce. No daba miedo todo el tiempo después de todo.

Reaccionó.

-Ah. Vamos. Creo que el sitio queda...hmm...este..no sé. En alguna parte de esta calle.

Sonreí estúpidamente y eché un vistazo a la avenida de enfrente, que casi se podía perder la mirada en ella.

-Pues... habrá que buscar.

Me rasqué la cabeza.

-¿Cómo es que no lo sabes?

Reí burlonamente y pokeé su nariz de vuelta.

-Pues bueno, busquemos.

Froté mis manos.

-Démonos prisa entonces...

Aunque no se haga de noche, hace más frío cuanto más tarde es, claro.
Le miré e hice un gesto para que me siguiera y empecé a andar.

-Muy bien

Caminé tras ella, alcanzando su paso.

Después de unos tres cuartos de hora, o media hora, no lo sé con exactitud, encontramos el sitio. Pasamos y nos sentamos en una mesita.
Eché un vistazo a la carta.

-Ahí está todo. Hm...¿tú sólo querías chocolate?

-Sí, sólo chocolate...aunque...¿Hay waffles?- Pregunté más entusiasmado aún

Busqué con impaciencia en la carta.

-¡SÍ HAY! Entonces voy a pedir un chocolate caliente con waf...- estornudé -Oh, creo que he cogido frío...

No era difícil después del tamaño cambio de temperatura.

Sin levantar la mirada de la carta, le pregunté con bastante indiferencia:

-¿Crees que tienes fiebre?

Unos segundos después le miré. En caso de que estuviera enfermo, habría que volver.

Negué con la cabeza.

-No creo, ¡Sólo son estornudos! Debe ser algo leve.- Sonreí, estornudando otra vez

-¿Sabes qué vas a pedir?- Comencé a impacientarme, el olor del lugar despertaba aún más mi apetito.

-Oh, mejor.

Abrí la carta de nuevo y llamé al camarero. A los pocos minutos vino.

Le indiqué qué queríamos.

-¿Alfred, quieres el chocolate en vaso grande o pequeño?

Pensé en un vaso grande y la boca se me hizo agua nuevamente

-Grande...Y si hay uno MUY grande...ese...

Sonreí al imaginarmelo.

Me reí un poco, era obvio que cogería el monstruoso-gigante-enorme-titánico-descomunal-vaso-grande. Pedimos todo y el camarero se fue a procesar la orden. Puse las manos en la mesa.

-¿Te está gustando la ciudad?

-¡Mucho!- Estornudé -Aunque hace mucho frío... ¿Está así todo el año?

La pregunta era algo tonta, pero de todos modos me nació la duda. Miré de reojo el lugar por donde el camarero había desaparecido. ¿Demoraría mucho?

Volví mi mirada a Ivanna y comencé a jugar con una servilleta.

Balanceé la mano.

-Más o menos, depende del día..

El camarero llegó con la orden y la puso sobre la mesa. Cogí un tenedor.

-Buen provecho ~

-¡A comer!

Lo primero que hice fue tomar el vaso de chocolate y beber un gran sorbo.

-¡QUE BUENO ESTÁ!- Grité, para luego tomar muchos sorbos más.

-Bueno, ahora, a probar los waffles...- Me eché un trozo bastante grande a la boca con el tenedor -¡TAMBIÉN ESTÁN DELICIOSOS!

Hice algo parecido a un baile en mi asiento y me eché otro pedazo de waffle a la boca, con bastante ceremonia.

Wow, puede hablar con un pedazo gigante de comida en la boca.

La gente que había en el local parece que se estaba molestando, así que le tiré un poco de la manga de la chaqueta a Alfred.

-Este...eh...Alfred-san, la gente...

Eché un vistazo alrededor.

-¿Eh?

Miré a Ivanna confundido. Pestañeé un par de veces

-¿La gente?- Miré a todos lados, mucha gente mirándome de no muy buena forma. Creo que estaba armando un poco de escándalo.

-Oh, lo siento, no me dí cuenta...- Dije casi en un susurro. Primero miré a Ivanna y luego al resto de la gente, sonriendo en algo parecido a una disculpa.